Artículo Tria Por Demetrio
Luizón
DT de la
Selección Argentina de
Fútbol de
Salón.
Esa extensión del país tan
grande.
Esa distancia que a
veces nos separa y a veces nos acerca.
Esos 1100 km desde la cordillera de Los Andes (Mendoza)
hasta Buenos Aires y los 5000 km desde La Quiaca a Ushuaia, lugar en donde
vivo.
Cuando uno apunta a trabajar con los jugadores de la selección y comienza a observar esas distancia que nos separa, a cualquiera podría asustarlo a encarar un trabajo complejo y en busca de logros.
Nosotros con mi cuerpo técnico, tratamos de sobre pasar ese
factor distancias y encontrarnos, tres veces al año durante una semana y convivir
en esos campamentos. Muchas veces en el CeNARD (centro nacional de alto
rendimiento ) otras veces en lugares cercanos a otros países en donde se puede
llevar a cabo encuentros amistosos con selecciones o equipos vecinos.
Necesitamos enseñar la táctica que pregonamos y se hace muy
difícil cuando nos encontramos con jugadores que llegan de distintos lugares
con costumbres salonísta. A veces debemos comenzar de cero y en otras hasta
escuchamos alternativas de experiencias que han tenido algunos jugadores que
son siempre rescatables para nosotros.
Por sobre todas las cosas, intentamos llevar a cabo el
trabajo dentro de un clima de camaradería.
Somos tan distintos a veces un patagónico, uno de la zona
centro o grandes urbes y los norteños.
Unos vienen, del sofocante calor y otros, de los fríos
sureños.
Algunos llegan
desde grandes ciudades con shooping y cielos rasos, otros desde pequeños
pueblos provincianos.
Unos laburantes y otros estudiantes.
Todos unidos por un mismo ideal. Escuchar, aprender, participar
y trabajar duro para ganarse un lugar
en la selección.
A veces, hay gente que no entiende, lo de las tres
concentraciones anuales. Que no se puede ir a un torneo internacional sin haber
conocido anteriormente y compartido momentos de alegría o de disgusto, momentos
al fin que sirven para ir sincronizando nuestro trabajo y poner a los doce jugadores bien afilados en todos
los aspectos, para que nos acompañen al cuerpo técnico, vistiendo la camiseta
de la Selección Argentina a distintos torneos. Representándonos de la mejor
manera posible dentro de su preparación.
Se hace muy difícil para los preparadores físicos el control o seguimiento del plan que debe cumplir cada jugador, pero dentro de lo amateur que es nuestro deporte tratamos de realizar el trabajo lo mejor, profesionalmente hablando. Por eso las tres concentraciones necesarias para el control directo de nuestra gente. Ese control necesario que se necesita días antes de viajar a una competencia de envergadura como un mundial o un panamericano. Con ese control podemos saber cuan lleno esta el tanque de combustible para enfrentar una competencia de alto rendimiento deportivo.. Cuanto van a correr y saber quién va fundir en la segunda vuelta. No podemos ir a un mundial midiendo las gomas de ojo.
Esas distancias que a veces nos separa y a veces nos
acerca. Muchas veces nos hace tener
diferencias, que son in entendibles para algunos, pero entendibles al fin para otros.
Esa distancia que nos separa nos hace tener tristeza o
alegrías.
Tristezas como la muerte de un ser querido.
O, alegrías como la obtención del tercer puesto en el
último mundial.
No sirve decir:
Hicimos lo que pudimos.
para la obtención de un logro.